Mª José Serna

Mª José Serna
Mª José Serna. Psicóloga Albatera. MVL 686 544 714 (Ilustración Alexandre Jansson)

sábado, 22 de noviembre de 2014

El cine como herramienta ilustrativa en la enseñanza de los trastornos de la personalidad.

Trastorno paranoide de la personalidad

A las personas con este trastorno se les puede describir como sumamente desconfiadas, creen que todo el mundo les quiere hacer daño, por lo que nunca bajan la guardia, siempre están a la defensiva, todo el tiempo están buscando comprobar sus hipótesis de que cualquier persona o cosa representa un peligro para ellas.

De acuerdo al DSM-IV para diagnosticar este trastorno se necesita:
A. Desconfianza y suspicacia general desde el inicio de la edad adulta, de forma que las intenciones de los demás son interpretadas como maliciosas, que aparecen en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos:
1. sospecha, sin base suficiente, que los demás se van a aprovechar de ellos, les van a hacer daño o les van a engañar
2. preocupación por dudas no justificadas acerca de la lealtad o la fidelidad de los amigos y socios
3. reticencia a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que compartan vaya a ser utilizada en su contra
4. en las observaciones o los hechos más inocentes vislumbra significados ocultos que son degradantes o amenazadores
5. alberga rencores durante mucho tiempo, por ejemplo, no olvida los insultos, injurias o desprecios
6. percibe ataques a su persona o a su reputación que no son aparentes para los demás y está predispuesto a reaccionar con ira o a contraatacar
7. sospecha repetida e injustificadamente que su cónyuge o su pareja le es infiel.

B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico y no son debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.

Para ejemplificar este trastorno se sugiere la película Te doy mis ojos, filme español del 2003 del director Icíar Bollaín. El personaje de Antonio interpretado por el actor Luis Tosar, es al que se deberá prestar atención para comprender la personalidad paranoide, ya que le hace la vida imposible a su pareja, llamada Pilar y a su hijo Juan. Hay varias escenas impactantes que muestran como es un sujeto paranoico, una de ellas es en la que va Antonio, Pilar y Juan en el coche; (debido a las palabras altisonantes en el diálogo original entre los personajes sólo se va a parafrasear lo que dijeron) Antonio va quejándose de su hermano, de cómo se siente explotado por éste a raíz de que le ayuda a construir un chalet y cómo, según él, su hermano se aprovecha; entonces Antonio le pregunta a su esposa qué piensa, y ésta le contesta, “Nada”; Antonio le pregunta en un tono más exaltado, “¡Cómo que nada! ¿En qué estás pensando?”, y Pilar le responde de nuevo, “Nada”; entonces Antonio ya muy agresivo le dice, “¡Cómo que nada! ¡Pilar no me mientas! ¿Qué estás pensando que soy un fracasado porque me va peor que a mi hermano?”; Pilar le contesta, “No” y Antonio replica, “¿Cómo que no? ¿En qué estás pensando?” Pilar contesta, “Que no estoy pensando en nada”, a lo que Antonio responde parando el coche, “O me dices en que estás pensando o no nos movemos en toda la noche”. Unos segundos después Antonio siente muchas ganas de golpear a su esposa y para evitarlo él se baja y patea y golpea el coche varias veces, se nota el miedo y el terror de Pilar y Juan que aun se encuentran dentro del carro.
En esta escena se aprecia que la actriz Laia Marull, quien interpreta a Pilar, hace una extraordinaria actuación que nos permite visualizar que efectivamente la esposa no estaba pensando nada, de hecho se veía muy cansada y el que está obsesionado con que todo el mundo piensa mal y se quiere aprovechar de él es Antonio.

Los individuos paranoides viven en un estado de amargura y frustración constantes, del que culpan a los demás por sus continuas agresiones -siempre según su distorsionado punto de vista-. A medida que se sienten más solos, más hostiles y huraños se tornan, con lo que se produce un círculo vicioso por el que todavía reprochan más a los otros su situación y, en consecuencia, los demás se alejan en mayor medida. No sólo los paranoides están frustrados afectivamente -sobre todo, por ser ellos tan hostiles y espantar a los demás-, sino que también sienten rabia porque les gustaría destacar, despuntar mucho por encima de la gente. Esto es debido a un proceso de desapego o desvinculación afectiva fruto de sentir a los demás como enemigos: dicho de otra forma, sería como pensar que ellos no necesitan a nadie porque valen mucho más, y que además se vana vengar de los otros por haberles perjudicado tanto.

Esta película contiene muchas otras escenas en las que Antonio interroga cada una de las acciones de Pilar, hay mucha violencia doméstica y también se puede apreciar que a su vez Antonio sufre con su forma de ser; no es feliz, hace intentos por cambiar pero no lo logra.

Walter Riso dice que una de las formas de reconocer a un paranoide es que éste tenderá a menospreciar sus logros económicos y profesionales, para asegurarse de que no persiguen su patrimonio; su repertorio está lleno de “por qués” (en la escena sugerida el repertorio está lleno de, “¿qué piensas?”) tratando de entender las motivaciones de los demás; estará al pendiente de la actitud que toma su pareja hacia personas del sexo opuesto (coqueteos, miradas, insinuaciones), para evaluar si es fiel o no. Asimismo, la persona que sea la pareja del paranoide terminará sintiendo un vacío y tendrá la desagradable sensación de que dio más de lo que recibió.

María de los Angeles López Ortega.
Universidad La Salle Morelia. México